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A veces pienso que los poetas tuiteros no existen, que son las editoriales con sus algoritmos predictivos y sus políticas de mercado las que construyen nombres falsos y avatares sugerentes para encandilar verso a verso a los mismos post adolescentes que antes leían historietas de Tin tin. Otras sin embargo, me quito el sombrero porque al mismo tiempo que a los jóvenes consiguen atrapar a peter panes sin campanillas, a cuarentones en crisis y a solteros de segunda oleada en bares de outlet. Las editoriales tienen una mirilla con vistas al cuarto de nuestra soledad y desde allí esculpen en su laboratorio poemas que arrancan nuestras lágrimas, sugerencias que precipitan idilios adulteros,imagionaciones que dan sentido a polvos de misionero y sostienen recuerdos tan imposibles como la ley de la gravedad sobre nuestros cuerpos.
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Sin poner mas ejemplo que yo mismo, que me tengo más a mano. hay veces que me leo algún poema de ese blog que me refleja y tengo que contenerme para no darle a suprimir (no solo al poema sino al blog entero)... Sin embargo otras noches de esas en las que el insomnio hace el amor con la tristeza, lo releo con gusto línea a línea, post a post y me sorprendo de haber puesto las palabras justas que encajan mar adentro con las caderas de lo que siento.
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Eran casi las nueve cuando reapareciste.
Yo te esperaba tejiendo y destejiendo
-Lee Konitz al fondo-
suplementos semanales ya algo rancios.
Veintitrés años juntos. Suficiente
para que imaginase lo que iba a llegar contigo:
un beso (con tu clásico acento de disculpa)
y un "quita ya esa música horrible".
cien por ciento de acierto.
Estaban en casa sólo los dos pequeños;
los demás, arrebatados por la fiebre
del sábado noche.
Tampoco el frigorífico andaba muy brillante:
una bolsa de patatas congeladas
y dos tetrabriks de zumo de tomate.
Mientras tú trajinas con la freidora
pongo el mantel frente al telediario.
"Feliz aniversario". Una gran fuente de patatas fritas
y zumo de tomate. Y en el segundo sorbo ya
viene a mí el furor poético:
"La Felicidad consiste
en no ser feliz
y que no te importe”.
Yo te esperaba tejiendo y destejiendo
-Lee Konitz al fondo-
suplementos semanales ya algo rancios.
Veintitrés años juntos. Suficiente
para que imaginase lo que iba a llegar contigo:
un beso (con tu clásico acento de disculpa)
y un "quita ya esa música horrible".
cien por ciento de acierto.
Estaban en casa sólo los dos pequeños;
los demás, arrebatados por la fiebre
del sábado noche.
Tampoco el frigorífico andaba muy brillante:
una bolsa de patatas congeladas
y dos tetrabriks de zumo de tomate.
Mientras tú trajinas con la freidora
pongo el mantel frente al telediario.
"Feliz aniversario". Una gran fuente de patatas fritas
y zumo de tomate. Y en el segundo sorbo ya
viene a mí el furor poético:
"La Felicidad consiste
en no ser feliz
y que no te importe”.
Miguel d´Ors El misterio de la felicidad
No hace falta
que nos perdamos
por las calles de Madrid
besándonos en cada una de las viejas esquinas
descritas por cada uno de los nuevos poetas,
ni que bebamos vino tinto en una playa
una noche de luna llena
mojándonos los pies
con cada ola que nos besa los dedos
para ser intensos,
para ser dignos de erizar pelos, de estimular pieles,
escritos en dos frases arrítmicas.
Tu y yo follando en el coche,
ya somos poesía.
Srta Bebi Amor y Asco
SANDRA SMITH Y LA POLLA MÁS GORDA
Viene una de por ahí, ya sabe, pubs
de carretera, casucas de alterne,
puticlubes, y un día, mientras echa
gasolina, conoce a un fulano y un
perro en un pueblucho, o lo que es lo mismo,
a dos perros que le miran, o sea,
que buscan, ya sabe, una cocinera,
alguien que les caliente la manduca,
un coñito, dos que ofrecen futuro,
en fin, retirarte, vivir juntos,
envejecer sin fianzas ni hospitales
ni trullo; viene una hastiada de pichas
con tufo a requesón, de chulos con peste
a pachulí, de todo eso; viene una
y se queda un día, un año, una vida;
viene una y se piensa que puede hacer
la compra en el súper, levantarse
a las ocho, vestir de trapillo,
y se encuentra con alguien que no grita,
que se zampa sin chistar la paella
pasada, el café aguado, el mal vino;
que no pregunta; viene una y, joder,
se cree que puede lucir vaqueros
con peto, echar gasofa, follar
con uno, sólo uno, así que empieza
a aburrirse, o sea, a ser feliz, cuando
una noche para un camión y sale
un cabrito y le dice: Hombre, la Sandra,
¿qué haces tú aquí en este puto sitio?;
viene una y mira al colega y al chucho,
se mira en el retrovisor, espejo
para ver lo que nos sigue; viene una
al culo del mundo y se da cuenta
de que será siempre lo mismo, mientras
el machaca llena el depósito y
promete volver y opina de fútbol
con el que no protesta, el que tiene
la polla más gorda, o sea, el jodido
futuro; viene una de ahí al culo
del mundo y se queda un año, una vida,
cuando una noche se para un camión.
(De Blues de los bajos fondos) Gracia Mosteo
Te eché de menos cada día de más.
Nunca cerré aquel paréntesis
por si volvías a entrar.
Ya no me acuerdo
si tu recuerdo
vale más que tú.
- Te voy a querer siempre
- ¿eso no es demasiado?
- Tienes razón, te querré casi siempre,
toda la vida, pero no todo el tiempo.
El tiempo todo locura (Mónica Carrillo)
Hay que decir lo que hay que decir
pronto
de pronto
visceral
del tronco;
Con las menos palabras posibles
que sean posibles los imposibles
hay que hablar poco y decir mucho
hay que hacer mucho
y que nos parezca poco:
arrancar el gatillo a las armas
por ejemplo.
pronto
de pronto
visceral
del tronco;
Con las menos palabras posibles
que sean posibles los imposibles
hay que hablar poco y decir mucho
hay que hacer mucho
y que nos parezca poco:
arrancar el gatillo a las armas
por ejemplo.
La garra de la guerra Gloria fuertes
Qué barullo en la herida
Qué suerte si esto que siento fuera sed
y se me quitara bebiendo un vaso de agua
Es entonces cuando llueve tristeza
para ahogar en mi boca
la palabra imposible
Intento gritar
y sólo consigo un cobarde silencio
Una tarde al llegar a casa
me encontré con la sorpresa de quererte
fue una bomba en mis manos
Y yo por si te hiere
esperando a que explote estando sola
aunque me parta el pecho la locura
Gloria Fuertes
Decías que si fueras muda,
dibujabas mi nombre, con los pies,
en la arena. Yo en silencio escribía
con tiza en las paredes palabras inventadas
que te hacían temblar. Todavía ignorábamos
que existía la lluvia. Que todo se borraba
Pedro Andreu Alquiler a las afueras.
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La lista entera de libros la teneis en este rincon del blog la lista de ladrillos de ensayo en este post pasado.
Si quereis leer una discusión interesante sobre los nuevos poetas os enlazo a un artículo de oculta lit que es una revista literaria que sigo bastante y debatieron al respecto.
Bueno y para quien no lo conozca hay alguien parecido a mi que escribe alguna cosa en verso en este blog ya casi olvidado