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Channel: EL CHICO DE LA CONSUELO
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Aquellos días del coronavirus.(4) Palabrería, ansiedad e ideología.

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La primera etapa fue la de la broma y la trivialización, la segunda la del cabreo contra la incompetencia temeraria que nos inundó y desbordó, luego vino el caosy la hiperactividad casera y gubernamental; la cuarta etapa es la de incredulidad y acojone que nos toca temerosacomo la cercanía del afectado, y ahora la ansiedad, la ansiedadde este mes de abril ante la ignorancia más absoluta sobre lo que pasará durante y tras el temido y paulatino regreso.

Todos hemos hecho estos días una valoración de riesgos para nosotros y nuestros familiares en esta tragedia sin lágrimas. Muchos han visto irse a sus mayores de un día para otro. Poquitas imágenes se retransmiten de personas llorando comparado con otras desgracias con familiares destrozados que se grababan a fuego en la retina. Yo lo agradezco, aunque por si acaso nuestros gobernantes lo creen, la ausencia de imágenes no hará que me olvide antes de su incompetencia ni que evite que les exija responsabilidades, igual no recordaré muchas lágrimas, pero me costará mucho olvidar las risas del ministro de transporte. 

Todos hemos valorado la posibilidad de que nos toque la enfermedad a nosotros o a los nuestros con un diagnóstico estadístico en esta borrachera de datos. Pero, tras la verdadera desgracia que es la muerte, nos queda la imposibilidad actual de hacer una valoración de riesgos siquiera aproximados ante la desgracia socioeconómica que se nos vaticina. No sabemos si trabajaremos, si compraremos, si nos comprarán, cuanto durará este paréntesis sin aliento y que paisaje quedará tras la batalla.

Mucho se tendrán que esforzar voceros, televisiones subvencionadas, directores de marketing, asesores políticos; mucho se tendrán que esforzar los militantes, los que dividen nuestra sociedad en diestra y siniestra para que tapemos con el odio hacia los otros los errores de los nuestros. Muchos desearan que se borren de golpe todos los tweets de estos días, que nadie guarde hemerotecas que les recuerde sus días como sicarios.



Seguro que saldremos adelante de una manera o de otra, sin embargo, soy escéptico en que nada vaya a cambiar de manera radical como se dice reiteradamente; totalmente incrédulo en las líneas que definen un antes y un después a partir de estos meses.  Escucho las mismas tonterías que escuchaba en febrero, escucho ese debate político de entretenimiento sin análisis ni profundidad alguna, todo pinturrajeado de colores ideológicos sin espacio para la reflexión. Estoy en un proceso de abandono de noticias para no cabrearme. 

Puedo entender que por lo que sea te haya pillado el toro, puedo entender que no tengas ni idea de cómo comprar en mercados exteriores lo que ya tenías que tener comprado; puedo entender que tengas que dictar nueva normativa sobre la marcha una más acertada que otra y que te veas obligado a rectificar hoy lo que dijiste ayer. Lo que no puedo perdonar es que nos tomes por idiotas en las homilías sabáticas, sr presidente, no puedo perdonar que alguien piense que con una estrategia comunicativa nuestros muertos se esconderán bajo las alfombras y que a la catástrofe económica se le asigne ideología y olvido.
Cuando los que ahora están en la oposición lo hicieron en 2004 imputando a etarras los atentados islamistas sufrí el miso odio, hubiera sido capaz de salir a manifestarme por ello. Cuando llamaron a los medios y embajadas para obligarles a vender una moto sin ruedas les odie profundamente, todavía hoy no puedo escuchar a Herrera por ejemplo sin que me acuerde de sus palabras dictadas de aquellos días.

Y estos van a hacer (están haciendo) lo mismo, exactamente lo mismo, intentar tapar las evidencias con palabrería y el sol con una bandera. Asuman su responsabilidad, reconozcan los errores, si no saben pregunten, si son incompetentes pidan ayuda… todo el mundo entiende eso. Actuen!! y al terminar lárguense a sus casas convoquen elecciones y ni se presenten; no se preocupen seguramente se repetirán los resultados, pero déjense ahora de jugueteos ideológicos, eso sirve para tiempos de sosiego en estos tiempos crudos que se avecinan queremos líderes no carismáticos, ni palabreros sino ejecutivos. Póngase de acuerdo elijan a los mejores. Si hacen eso les voy a perdonar hasta que no se bajen el sueldo.

PS-.Esto lo escribí a capela después de escuchar más de una hora las idioteces del presidente el sabado para decir que nos quedambamos abril en casa. Si es necesario hagase pero no me cuente milongas exculpatorias por favor. De salud todos bien, aunque empiezo a conocer a demasiada gente más o menos cercana hospitalizada.

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