Me he encontrado casi sin querer con dos recortes viejos de prensa, quizá tres si sumamos un blog desaparecido, que me han gustado sobre la Generación X en España. Una generación que bautizada de distintas maneras, responde según los autores a los principios de incredulidad, cinismo y consumismo. Es la generación que en España nace en los años 70 y llega hasta los que cumplen este año los 40 (pero vamos, que como casi siempre los años son lo de menos y lo importante son los rasgos de pensamiento).
El primer artículo es de El País y se llama La generación Peter Pan, el segundo texto es de la Revista de letras que creo que es de La Vanguardia “Generación X generación dormida” (Os copio un párrafo que me gusta especialmente. Y finalmente el artículo “Generación X entre mileuristas y ramoncines” que no puedo poner el enlace porque lo bajé de un blog que creo ha desaparecido, os copio los párrafos que saqué de un artículo que recuerdo mucho más largo.
La música es de un grupo desconocido que me encanta desde que lo escuché por primera vez y yo creo que le pega al tema que tratamos (alguna vez recuerdo haberlo enlazado ya): Son Los Ginkas y un spinn off del mismo que se llaman Las Kasettes, sé que son navarros/as …si alguno de los seguidores navarros sabe algo más de ellos encantado que lo compartan, porque yo no tengo mas idea. Y la verdad es que tocan de miedo.
Generación X, generación dormida: “Tras el fracaso de la izquierda americana en los sesenta, ciertas élites abandonaron la lucha política y se refugiaron en el hedonismo y el cinismo del consumismo. Se suponía que el mercado iba a darle a todo el mundo lo que necesitaba”. Pero no fue así, o al menos, no para sus hijos, que veían como, cuanto más se asentaba el Estado de Bienestar más vacío estaba todo de sentido y más aburrida resultaba una vida en la que, si bien el estómago estaba siempre lleno, el espíritu se moría de hambre. Los hijos de los hippies soñaban con su propio Woodstock y su Verano del Amor, pero ya no eran tan inocentes como lo habían sido sus padres; no querían cambiar el Mundo, sólo querían que los dejaran en paz; que no les obligaran a encajar en un sistema en el que no creían.
La generación entre los ramoncines y los mileuristas:
En España hay una gente a mitad de camino entre los Ramoncines y los mileuristas. Son incrédulos, cínicos; más rebeldes que revolucionarios y de profesión tocadores de cojones… sobre todo de sus hermanos mayores. No les pueden soportar sus mierda lecciones sobre una supuesta revolución que hicieron en los 70 y que nadie ha visto, ni que crean haber inventado la libertad por haber hecho canciones irreverentes, enseñar las tetas en público y cargarse en los curas en medio de la transición.
Sin embargo, no son más generosos con sus hermanos pequeños los mileuristas, a quienes acusan de quejicas, de llorones y de estar más preocupados en salvar a los negritos de una ONG que de currar como dios manda; les acusan de estar más preocupados del cuanto cobran más que del porqué lo cobran. No soportan de ellos su borrachera de derechos y su resaca de deberes, como si la sociedad les debiera algo por haber gastado siete años de sus vidas en la Universidad más seis meses de Erasmus. Como si solo por enseñar su titulo de “generación mejor formada de la historia” fuera suficiente para no tener que tragar los rabos que han tenido que tragar ellos para llegar a ser dosmileuristas.
Ante esta fatalidad social, esta generación de entretiempo se ha instalado en el cinismo que supone criticar el entorno, pero no renunciar a nada del consumismo que representa la misma sociedad que critican: sus vicios con teclas, su Mazinger zeta de 300 euros, sus vinilos a precio de oro, sus juegos atari en el ipad y su tele de 50 pulgadas para ver la versión remasterizada de la Casa de la Pradera y del mono Amedio.
El problema es que no quieren cambiar el mundo, no se alistan a los ismos culturales ni políticos… y es más, la mayoría de las veces se cachondean de ellos en sus blogs con la maldad más acerada. No es que no crean en la solidaridad mundial, la defensa de la patria ni el nacionalismo; no es que no crean en la alianza de civilizaciones, las banderas, ni en la lucha por la salvación de las minorías; en lo que no creen es en que la lucha de los particulares sea capaz de dinamitar la burguesía y el poder establecidos.Y como no son capaces de derrotarlos lo que hacen es convivir con ellos de una manera cínica. Currar curran como los que más pero con el único objetivo de ganar un buen sueldo que les dé para pagar sus vicios electrónicos,sus libros, sus viajes, su cultura particular, individual, independiente, ¿Indie?, fuera de circuito; una cultura a la que le dan mucho valor y a la que por ello no quieren dar más trascendencia que compartirla en tertulias minoritarias y blogs o revistas poco visitadas al margen de editoriales y columnas de periódicos globales.