Los pueblos se describen, con fotos mal hechas mejor que con bellos paisajes de atardeceres.
Con espacios y rincones, comidas sobre la mesa, noches de cervezas
alguna ilegalidad y muchos recuerdos.
Los pueblos no necesitan de postales sino de sueños
y en esta mañana de sábado
mientras buscaba fotos que enmarcar
me encontrado, sin embargo,
personas y tiempos a los que añorar.
Hace cinco años, en estos días de febrero
andaba por las calles de León, Nicaragua
cantando canciones de Silvio
a la sombra de banderas sandinistas
construyendo futuros recuerdos
y argumentos para los ripios
de hoy.









